Historia

Nace Peñarol
La tradición indica que, al finalizar la ceremonia -iluminada por lámparas de kerosene-, alguien recordó en voz alta unas palabras del Libro de las Profecí­as; "Serás eterno como el tiempo y florecerás en cada primavera". Hoy, aquella frase añeja aún permanece en la memoria de todos los hinchas de Peñarol y están incorporadas como lema oficial del club.
El crecimiento de esta histórica institución fué vertiginoso. Pasó muy poco tiempo para que se diseñara la camiseta, que en sus orí­genes fué cuadriculada, siempre en amarillo y negro. Los colores llegaron a la Villa de Peñarol de la mano del ferrocarril, que los habí­a tomado como identificatorios.
Por qué? El 6 de octubre de 1829 se realizó una carrera de locomotoras por una licitación pública. La prueba fué en Rain Hill, Inglaterra, y participaron cinco máquinas , sobre un trayecto de una milla de extensión.
El triunfo de "La Rocket", diseñada por George Stephenson, sirvió para que los colores de la locomotora -amarillo dorado y negro carbón- fueran adquridos definitivamente por los fundadores de Peñarol. Stephenson, acompañado por su hijo Robert, manejó vestido de un elegante y lujoso frac y obtuvo -además de un importante y suculento premio en libras esterlinas- el contrato con la compañia Liverpool-Manchester, que con mucha rapidez abrirí­a lí­neas por todo el mundo. Ylos colores de la Rocket, por extensión, pasaron a ser los del ferrocaril en cualquier lugar.
No obstante, hay un dato curioso digno de destacar. En los inicios no se sabí­a a ciencia cierta cuál era la actividad deportiva madre de la institición. Se produjeron discusiones sobre cuál serí­a el deporte practicado. Finalmente, en la asamblea del 29 de mayo de 1892 se decidió que fuera el fútbol, después de una votación en la que el resultado fué de 14 para la "Association" (como se llamaba al fútbol) y 6 para el rugby.
El pronunciamiento favoreció al "football association", que es el que en la época se estaba difundiendo masivamente por todo Montevideo.
A partir de ese momento, se aceleraron los pasos para conformar el equipo. Si bien la mayorí­a de los fundadores fueron de origen inglés, el plantel contó con jugadores oriundos de la zona desde tempranas formaciones.
No obstante, la elección de los capitanes recayó, en un primer momento, en ingleses. Al primero (John McGregor), lo sucedió otro británico (H. A. Craven). Y a él, Jackson. Pero apareció una figura que cambió radicalmente la tradición. Julio Negrón fué el primer obrero de los talleres "de Peñarol" que aventajó a los maestros ingleses con sus esquives como insider izquierdo, mérito que le valió ser el primer capitán criollo, allá por 1895. Después en 1904, la cinta -que por entonces no se estilaba usar- pasó para E.N. Acevedo. Y su sucesor fué Juan Pena.
Si se habla de leyendas, la historia le hace un importante lugar al recuerdo de Juan Buchanan, un aguerrido back izquierdo que habí­a sido enviado como maquinista desde Londres, donde -se decí­a- fué futbolista profesional, además de motivo de varios dolores de cabeza de dirigintes e hinchas. El motivo? Su particular ví­nculo con la bebida, ya que solí­a llegar a los partidos envuelto en los vapores del whisky.

Las primeras competencias
Campeon Uruguayo 1908
La actividad oficial de Peñarol comenzó allá por 1892, cuando dieron inicio los cotejos del CURCC contra instituciones y colegios de origen británico. Y también con equipos que, en su mayorí­a integraban los marineros de los barcos ingleses que visitaban Montevideo. Con el transcurrir del tiempo, las confrontaciones se fueron haciendo más cotidianas, sobresaliendo dos nombres como los tradicionales adversarios: el Albion F.C. (nacido en 1891) y el propio Central Railway. Estas formalidades aumentaron hasta que, junto alsiglo, nació The Uruguay Association Football League, que luego se transformarí­a en la Liga Uruguaya de Football. Albion F.C. cuyo nombre inicial fue Football Association, se convirtió en el primer rival del CURCC.
Aunque después aparecieron otras instituciones como Montevideo Cricket Club, Uruguay Athletic Club, Deutscher Fussball Klub -de la colonia alemana-, entre otros. Esto originó, por lógica, los primeros roces entre los diferentes equipos. Paralelamente, surgieron clubes con nombre en español, como Montevideo, Defensa, Titán o Internacional. Pero el 14 de enero de 1899 se fundó el Club Nacional de Football,fruto de la unión de los el
ementos nativos de Montevideo y el Uruguay Athletic. Resultado: primera entidad criolla desde su nacimiento, pese a mantener su caracterí­stica universitaria, al menos hasta 1911. Por el contrario, el CURCC habí­a sido fundado por los ingleses del ferrocarril y comenzó recurriendo a sus funcionarios y obreros, hasta lograr en 1902 un equipo mayoritariamente criollo y netamente popular. Ese choque de idiosincracias, en parte, potenció la rivalidad.
El primer choque tiene la fecha grabada a fuego: fue el 15 de julio de 1900, dí­a de Santa Marí­a -por entonces feriado en las orillas del Plata- dí­a en el que jugaron en el parque Central (casa tricolor) el primer clásico de la historia. La victoria fue para Peñarol, por 2 a 0.
En es año también comenzaron las competencias oficiales más precisamente el 30 de marzo, cuando se fundó The Uruguay Association Football League. Los clubes pioneros fueron Albion F.C., CURCC, Uruguay A. C. y Deustcher Fussball Klub.
De inmediato participó en la Argentine Association Football League Cup Tie Competition -también conocida como Copa de Oro Argentina o Copa Competencia-, un torneo de eliminación con final en Buenos Aires. Y acto seguido, empezó la primera edición de la Copa Uruguaya.
El primero en ser el mejor
El Central Uruguay Cricket Club se clasificó Campeón Uruguayo en los dos primeros torneos, de 1900 y 1901. Se coronó evitando el sueño secreto del fundador de la liga, Enrique Lichtenberger, quien la organizó para el triunfo de su club, el Albión. Sin embargo, CURCC se impuso con sendas victorias ante ese equipo (2-1 y 2-1), y tras superar también al Deutscher (9-0 y 8-0) y al Uruguay Athletic Club (9-0 y 6-0), con un total de 36 goles a favor y 2 en contra. Es decir, terminó invicto, con todos los partidos ganados y un promedio de 6 goles por partido.
Por su parte, Nacional no intervino en el Campeonato Uruguayo de 1900. Recién lo hizo en 1901 y fue segundo del CURCC, el campeón.
Recién en la siguiente temporada -1902-, conquistó el certámen. Y lo hizo de modo invicto, repitiendo la campaña en 1903, año en el que, además, derrotó -el 13 de setiembre- a la selección argentina en Buenos Aires.
En ese partido se presentó como un conjunto combinado. Es decir representando al fútbol de todo el Uruguay. Esta sucesión de hechos, en los que Nacional copó la parada, permite deducir en qué forma comprendió el Central Railway -Peñarol- cuánto era lo que le molestaba la existencia de suadversario, de qué manera ya desde sus orí­genes, pesó la rivalidad. Así­ luchó para quitarle protagonismo y, en 1905, alcanzó una recuperación consagratoria.
Porque tras un 1904 en el que no hubo campeonato, por estar el paí­s en Guerra Civil, el resplandecer aurinegro -que ya habí­a adoptado las rayas verticales en su camiseta- se dió en ese torneo: se consagró campeón invicto sin perder un sólo punto y además, sin tener un sólo gol en contra.
Encima, culminó su campaña el 1o de octubre batiendo por 1 a 0 -gol de Aniceto Camacho- nada más y nada menos que a Nacional.
Esa recordada tarde para la historia del club, el CURCC habí­a formado con "Pancho" Carbone; Irisarri y Guillermo Davies; Ceferino Camacho, Lorenzo Mazzucco y Luis Carbone; Juan Pena, Acevedo, Aniceto Camacho, E. Mañana y Pedro "Perucho" Zibechi.
Mazzuco, centre-half de ese team, fué uno de los pioneros en eso de ser "boquilla", en calentar partidos y hablar durante los partidos. 


"Come on, fellows!", fué el grito que sentenció el triunfo, lo que reflejó que el jugador se habí­a tomado el trabajo de aprender esa frase en inglés para lanzarla a quién quisiera escuchar del banco contrario. Cómo se jugaba por esos tiempos? Sin duda, la aparición de Juan Pena propició un sentido técnico en el equipo. Hábil para el ataque y aún en los puestos de retaguardia, su fama se solventó en la llamativa facilidad de desplazamientos que tení­a y la fuerza con la que remataba. Era un forward ingenioso y "artillero" a la vez.
La campaña realizada en 1906 no fué la esperada, pero tampoco la peor, ya que la coronación del Montevideo Wanderers permití­a un oxí­geno y relegaba a su tradicional rival, Nacional. Pero al año siguiente , el CURCC revalidó su condición de coloso en crecimiento.En 1907, otra vez de la mano de Juan Pena, obtuvo el torneo, desplegando un juego depurado en lo técnico y aguerrido en lo aní­mico, a punto tal de consagrarse, otra vez, campeón invicto. Para la campaña del año posterior, incrementó su potencia futbolí­stica, ya que sumó a sus filas a quien pronto serí­a una figura preponderante, una auténtica gloria del fútbol oriental: José Antonio Piendibene.
El recordado Piendibene -bautizado como "Maestro" por los hermanos Jorge y Juan Brown, del legendario Alumni de Buenos Aires- debutó en primera división el 26 de abril de 1908, con solo 17 años de edad. Esa tarde, Peñarol (como lo llamaba su gente) goleó 6 a 1 al French. Según crónicas de la época, formó ala con Felipe Canavessi -históricamente conocido como "Rama Seca"-, ya que "Piendi" empezó jugando como wing derecho. Su habilidad, su maestrí­a con la pelota quedó evidenciada con el correr de los partidos, cuando desplegó su enorme jerarquí­a para una rápida y brillante consagración. En 1910, por ejemplo, ya era el centre-forward de todos los seleccionados uruguayos que participaban en eventos internacionales.
Por aquel tiempo Piendibene era el director de una orquesta que contaba con exquisitos y dotados intérpretes. Uno era John Harley, británico acriollado y llamado "Yoni" en el Uruguay, donde se sintió un charrúa más.
Harley, empleado ferroviario con oficio de "centrojás", fue elegido por el mismo Piendibene. Fué durante un encuentro amistoso entre Peñarol-CURCC- y Ferrocarril Oeste, de Buenos Aires. Allí­ el "Maestro" notó la facilidad y eficiencia con la que Harley "pasaba la pelota dominada a sus compañeros de ataque". Sin dudarlo, sugirió que lo invitaran a jugar, aunque más no sea por unos meses, vistiendo la casaca aurinegra.
"Es de Ferrocarril y hablando a la empresa se podrá conseguirlo".
Esta frase era común en el ambiente, sobre todo si se tení­a en cuenta que las compañias ferroviarias -e incluso las de los tranví­as- se preocupaban por fomentar el deporte, un poco por la extensión y acogida a sus lí­neas, y en otro grado por la propagand
Juan Harley
a que significaba. Como ejemplo, vale comentar que también pertenecí­an al ferrocarril los terrenos del Parque Central, escenario de intensas batallas entre el CURCC y Nacional, cedidos al tricolor por la empresa. John Harley, nacido en Glasgow (Escocia) en 1886, tení­a apenas 20 años cuando desembarcó en Buenos Aires contratado por la empresa del Ferrocarril Oeste. Empleado de la compañia, además, defendió la casaca del club de Caballito hasta 1909, año en el que viajó a Montevideo.
La intención era trabajar en el ferrocarril y jugar al fútbol por unos meses. Se quedó para siempre.
Desde las filas aurinegras, Harley desplegó lo mejor del fútbol británico para enriquecer el vernáculo. Amplió el repertorio de recursos de los players orientales jugando al ras del suelo y con pases certeros, evitando al máximo posible el bochazo frontal o bombazo. Además, desarrolló un juego aéreo impecable: saltaba con precisión y elegancia para despejar situaciones de riesgo.
Su juego, entonces , se constituyó en un baluarte en el cual Piendibene podí­a apoyarse. Juntos, impulsaron la técnica a las más altas cumbres. Desde su aparición, las lí­neas delanteras pasaron a jugar en abanico, avanzando en armoní­a con un juego de pases cortos y al pie, guiados por su director. Con ellos terminó el reinado del fútbol inglés de pase largo desde atrás para la estampida de los wings y el centro cruzado al área a la carrera. Era el nacimiento de un estilo.

Pasión amarilla y "negra"
Hacia 1911, el presidente de la nación José Batlle y Ordoñez creó la Comisión Nacional de Educación Fí­sica para propiciar e impulsar a las Plazas de Deportes, idea gracias a la cual la práctica fué cediendo su carácter de exclusiva para algunas clases. Así­, se quebró cualquier barrera discriminatoria y todos, sin distinción de raza o color, pudieron sumarse a su práctica.
Isabelino Gradin
El "Cuadro del Pueblo", desde entonces, se reconoció siempre con algún jugador de piel negra destacado en sus equipos campeones.
Además, existí­a una tendencia en transformarlos y reconocerlos como í­dolos de la afición.
El primero fué Isabelino Gradí­n, quien era la expresión tí­pica del barrio del Sur, maravillando con sus aptitudes fí­sicas, ya que uní­a sus condiciones de futbolista con las de atleta excepcional. El segundo fué Juan Delgado, también surgido de Palermo y su Central F.C. del que luego pasó a Peñarol. En rigor de verdad, el "negro Juan" fué la primera estrella negra.
Agregó al fútbol los embrujos del carnaval -era escobero y tocaba el tamboril- y la picaresca alegrí­a de sus dichos. Definió a Piendibene diciendo: "Le puso el mango a la pelota". Otras veces, cuando un arquero se tiraba y la pelota seguí­a, gritaba: "Tiráte que hay arenita". Y si la pelota entraba por el ángulo: "Bajáme ese racimo".
Gradí­n, en cambio, fué un hombre netamente aurinegro. Debutó en primera en 1915, cuando también irrumpí­an el puntero Antonio Campolo y el arquero Roberto Chery. Isabelino se convirtió en un delantero de arranque extraordinario, gambeteador imparable y, a la vez, con un notable sentido del gol. Su felina velocidad era caracterí­stica propia y llevaba la pelota al pie con un control poco común. Escurridizo, sus esquives eran incontenibles para cualquier defensa.
En el campo de juego, contaba con el apoyo de Piendibene a quien, cuando levantaba la cabeza y lo veí­a a la carrera, le bastaba un simle "Entrá, Isabelino!" para que el moreno invadiera el área como disparado y, casi al uní­sono la pelota sacudiera la red.
Como atleta, Gradí­n fué campeón Sudamericano de 400 metros, con una marca que por años gravitó en los récords. Victorioso en Argentina, Chile y Brasil, donde se lo llamó "O terror das pistas". Original y formidable, inspiró al poeta peruano Juan Parra del Riego para su "Polirritmo al jugador de fútbol".
De las memorables delanteras que integró, la que más quedó grabada en la memoria colectiva mirasol fué la siguiente: José Pérez, Armando Artigas, José Piendibene, Isabelino Gradí­n y Antonio Campolo. El equipo lo completaban el arquero Roberto Chery; José Benincasa y Pedro Rimolo; Pascual Ruota, John Harley y Juan Delgado.
De esos tiempos son Jorge Pacheco -considerado por muchos como el mejor lateral derecho de la historia de Peñarol- y Jose Benincasa.1918 a 1928 y, al igual que Pacheco, campeón del primer Sudamericano oficial jugado en Montevideo, entre setiembre y octubre de 1917. Además, es recordado como uno de los mejores "back" que hayan vestido la casaca aurinegra.
Después del Campeonato Uruguayo de 1905, el CURCC fué superado por el Montevideo Wanderers, que obtuvo el tí­tulo de 1906. Como quedó dicho, CURCC volvió a reconquistarlo en 1907. Luego, fué el turno de River Plate de los Módena, Raymonda, Oscar Sanz, Cavalloti, campeones de 1908, en un torneo al que los dos grandes -Nacional y CURCC- habí­an desertado. Al año siguiente, repitió Wanderers. Y el posterior, otra vez River.
La transición en las filas del Central Railway hacia el estilo de Piendibene y Harley resaltó en 1911, ya que Peñarol se ubicó una vez más en lo más alto del incipiente fútbol vernáculo. Además cerró el año del mejor modo: el 1o de noviembre, por la Copa de Honor -y en pleno Parque Central- se dió el gusto de apabullar al histórico rival por 7 a 3.
Sin embargo, 1912 fué para Nacional, que se habí­a recuperado de la crisis de la temporada anterior.
Los torneos de 1913 y 1914 quedaron en manos de River. Y los tres años siguientes, de pleno dominio de Nacional.
En el ´15, el tricolor obtuvo las tres copas jugadas ese año: Uruguaya, Honor y Competencia. Además se alzó con los tí­tulos de 1916 y 1917. Por entonces -1915-, vale señalar que la Liga Uruguaya de Football habí­a cambiado su nombre por el de Asocación Uruguaya de Football.